La NASA se está preparando para el lanzamiento de una nueva herramienta que proporcionará información sobre la calidad del aire en América del Norte. La sonda TEMPO será capaz de monitorear el clima y la contaminación atmosférica desde el espacio. Los nuevos datos serán detectados con mayor frecuencia y detalle que las herramientas anteriores, detectando también la disparidad de las diferentes zonas de exposición a la contaminación.
Las sustancias nocivas a monitorear
El lanzamiento de la herramienta Tropospheric Emissions Monitoring of Pollution (TEMPO), que tuvo lugar a principios de abril desde Cabo Cañaveral, se montó en un satélite para comunicaciones comerciales. Vuela en una órbita que le permite observaciones diurnas horarias de la calidad del aire en América del Norte. Observa los contaminantes hasta una resolución de 10 kilómetros cuadrados a través de un área que se extiende desde el Océano Atlántico hasta el Pacífico y desde el centro de Canadá hasta la Ciudad de México. La herramienta del tamaño de un lavavajillas fue construida por Ball Aerospace y volará en el satélite Intelsat 40E construido por Maxar.
A pesar de los esfuerzos de los últimos 30 años para limpiar el aire en los Estados Unidos, más del 40% de los estadounidenses aún vive y respira en áreas muy contaminadas (ref.). TEMPO observará principalmente los tres principales contaminantes: dióxido de nitrógeno, formaldehído y ozono. El dióxido de nitrógeno es un gas nocivo liberado por la combustión de combustibles que puede causar dificultades respiratorias y empeorar el asma.
El formaldehído es un subproducto de la descomposición de compuestos orgánicos volátiles como pinturas, pegamentos y gasolina. Por último, el ozono en la parte superior de la atmósfera nos protege de los dañinos rayos ultravioleta del sol, el ozono troposférico es un componente principal del smog y es perjudicial para la vegetación y la salud humana.
El funcionamiento de TEMPO
«Será una herramienta realmente valiosa para la ciencia. Pero también será útil para el público en general», dijo Barry Lefer, científico del programa de la NASA para TEMPO. «Mejorará nuestra capacidad para predecir la calidad del aire e informar a los responsables políticos. Y será útil para los epidemiólogos que quieren estudiar los impactos en la salud de la contaminación atmosférica».
La herramienta medirá la luz solar reflejada desde la superficie terrestre y de gases y partículas en la atmósfera. Esa luz reflejada, tanto ultravioleta como visible, se proyecta sobre un espectrómetro que la separa en diferentes longitudes de onda. Como gases diferentes tienen huellas digitales o espectros únicos, los científicos pueden estudiar las longitudes de onda de la luz que se absorben y determinar la naturaleza y cantidad de gas en la atmósfera.
«Cada día recibimos mediciones sobre la ciudad de Nueva York a la 1:30 pm», dijo Caroline Nowlan, física atmosférica en el Observatorio Astrofísico Smithsonian. «Pero eso es solo una parte de los datos sobre Nueva York durante el día. Y tenemos dos horas pico cada día que no podemos capturar. Lo genial de la sonda TEMPO es su capacidad para monitorear el clima con mediciones horarias en toda América del Norte. Veremos qué está sucediendo todo el tiempo mientras el sol está arriba».
TEMPO se unirá al instrumento Geostationary Environment Monitoring Spectrometer (GEMS) a bordo del satélite GEO-KOMPSAT-2B de Corea del Sur y al próximo Sentinel-4 de la Agencia Espacial Europea (ESA) para formar una constelación más amplia de satélites que monitorean la calidad del aire también en Europa y Asia.
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