La NASA mide las emisiones de dióxido de carbono

El satélite NASA mide las emisiones y eliminaciones globales de dióxido de carbono, el gas de efecto invernadero que afecta al clima global
Este mapa muestra las emisiones netas promedio y las eliminaciones de dióxido de carbono desde 2015 hasta 2020. Las estimaciones se basan en las mediciones del satélite OCO-2 de la NASA. Los países donde se ha eliminado más dióxido de carbono del que se ha emitido aparecen como depresiones verdes, mientras que los países con mayores emisiones son de color marrón claro o rojo y parecen destacarse en la página. Crédito: NASA

Un satélite de la NASA, desarrollado para la observación de la Tierra, ha medido las emisiones de dióxido de carbono en más de 100 países en todo el mundo. El proyecto ofrece una nueva y poderosa perspectiva sobre cuánto de este gas de efecto invernadero se emite a nivel global. Al mismo tiempo, también revela cuánto se elimina de la atmósfera gracias a los bosques y a otros “sumideros” de absorción de carbono dentro de sus fronteras. Los resultados muestran cómo las herramientas espaciales pueden apoyar la comprensión de la Tierra mientras las naciones trabajan para alcanzar los objetivos climáticos.

Datos a tiempo para la Evaluación Global

El estudio internacional (ref.), llevado a cabo por más de 60 investigadores, utilizó las mediciones realizadas por la misión Orbiting Carbon Observatory-2 (OCO-2). Sumadas a una red de observaciones en la superficie, se cuantificaron los incrementos y las reducciones de dióxido de carbono desde 2015 hasta 2020. Utilizando este enfoque, los investigadores pudieron deducir el balance de cuánto dióxido de carbono se emitió y se eliminó.

Aunque el satélite OCO-2 no está diseñado para estimar las emisiones de naciones individuales. Los resultados de más de 100 países llegan justo en el momento oportuno. La primera Global Stocktake, para evaluar el progreso colectivo del mundo hacia la limitación del calentamiento global se llevará a cabo en 2023.

“La NASA se enfoca en proporcionar datos científicos sobre la Tierra para abordar los desafíos climáticos del mundo real. Estos ayudarán a los gobiernos a medir el impacto de sus esfuerzos de mitigación del carbono”, dijo Karen St. Germain. “Este es un ejemplo de cómo la NASA está desarrollando y fortaleciendo los esfuerzos para medir las emisiones de dióxido de carbono para satisfacer las necesidades de los usuarios”.

Estimaciones clásicas vs. estimaciones modernas

Los enfoques tradicionales para medir el carbono se basan en el conteo y la estimación de la cantidad de dióxido de carbono emitido en todos los sectores económicos, como el transporte y la agricultura. Estos análisis, denominados “de abajo hacia arriba”, son fundamentales, pero su compilación requiere recursos económicos, habilidades y conocimientos significativos.

Por estas razones, el desarrollo de una base de datos de emisiones y eliminaciones a través de un enfoque inverso “de arriba hacia abajo”. Podría ser especialmente útil para naciones que no disponen de recursos suficientes. De hecho, los hallazgos de los científicos incluyen datos sobre más de 50 países que no han informado a la comunidad global sobre las emisiones en los últimos 10 años.

El estudio también proporciona una nueva perspectiva en comparación con los métodos tradicionales. Se monitorean tanto las emisiones de combustibles fósiles como los cambios en el “stock” total de carbono en los ecosistemas, incluyendo árboles, arbustos y suelos. Los datos son especialmente útiles para rastrear las fluctuaciones de dióxido de carbono relacionadas con cambios en la cobertura terrestre. Sin embargo, los autores afirmaron que los métodos de abajo hacia arriba siguen siendo esenciales. Sin embargo, estos métodos son vulnerables a la incertidumbre cuando faltan datos o los efectos netos de actividades específicas.

“Nuestras estimaciones de arriba hacia abajo proporcionan una estimación independiente de estas emisiones y eliminaciones. Aunque no reemplazan los métodos de abajo hacia arriba, podemos verificar la consistencia de ambos enfoques”, dijo Philippe Ciais, autor del estudio.

Monitoreo del carbono

El estudio ofrece una imagen compleja del carbono que se mueve a través de la tierra, el océano y la atmósfera del planeta. Además de los impactos humanos directos, los ecosistemas prístinos como algunas selvas tropicales y boreales pueden capturar carbono de la atmósfera, reduciendo así el potencial de calentamiento global.

“Los inventarios nacionales tienen como objetivo rastrear el impacto de las políticas en las emisiones y eliminaciones de CO2”, dijo Noel Cressie, autor del estudio. “Sin embargo, a la atmósfera no le importa si el CO2 es emitido por la deforestación en la Amazonía o por los incendios en el Ártico canadiense. Ambos procesos aumentarán la concentración atmosférica de CO2 y determinarán el cambio climático. Por lo tanto, es fundamental monitorear el balance de carbono de los ecosistemas no gestionados e identificar cualquier cambio en la absorción de carbono”.

Mirando hacia el futuro, los investigadores afirmaron que su proyecto piloto se puede perfeccionar aún más para comprender cómo están cambiando las emisiones de naciones individuales. “Observaciones sostenidas y de alta calidad son fundamentales para estas estimaciones de arriba hacia abajo”, dijo el autor principal Brendan Byrne, científico del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. “Las observaciones continuas de la NASA y los sitios en tierra nos permitirán monitorear cómo cambian estas emisiones y eliminaciones de dióxido de carbono. Las futuras misiones internacionales proporcionarán un mapeo amplio de las concentraciones globales de CO2 y nos permitirán perfeccionar estas estimaciones”.

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