El aterrizador japonés Hakuto-R de la empresa privada iSpace falla falla en el aterrizaje en la Luna. El robot debía ser el primer vehículo espacial privado y el primero construido en Japón en aterrizar en nuestro satélite. Todo esto parece no haber ocurrido, y iSpace perdió el contacto con Hakuto-R justo en el momento en que se esperaba que se posara suavemente sobre la regulita lunar el pasado 25 de abril a las 16:40 GMT.
“Debemos asumir que no podremos completar el aterrizaje en la superficie lunar”, dijo el CEO de iSpace, Takeshi Hakamada, durante la transmisión en vivo del histórico intento.
La misión M1
El intento de aterrizaje debía coronar más de una década de trabajo. Desde 2013 hasta 2018, la empresa gestionó el equipo Hakuto como parte del Google Lunar X Prize, un concurso que ofrecía 20 millones de dólares al primer grupo privado que lograra hacer aterrizar una sonda robótica en la Luna. El premio expiró en 2018 sin un ganador, pero iSpace continuó desarrollando su aterrizador.
En diciembre de 2022, Hakuto-R fue lanzado en un cohete Falcon 9 de SpaceX en una misión que la empresa llamó M1. La sonda llegó a la órbita lunar el 20 de marzo pasado y el aterrizador comenzó su descenso el 25 de abril, a través de una serie de maniobras que tomaron aproximadamente una hora.
El sitio de aterrizaje fue el suelo del cráter Atlas, que tiene 87 km de diámetro y se encuentra en la región del Mare Frigoris. Según la telemetría proporcionada durante la transmisión en vivo, Hakuto-R se posicionó bien, pero no logró completar la maniobra de aterrizaje. Sin embargo, la sonda continuó transmitiendo datos durante el intento de aterrizaje, según dijo Hakamada, describiéndolo como un éxito de la misión M1.
Los objetivos de Hakuto-R
M1 fue diseñada para demostrar que el hardware y el know-how de la empresa estaban listos para el aterrizaje en la Luna. Hakuto-R transportaba una variedad de tecnologías muy interesantes para la misión. Por ejemplo, una batería experimental de estado sólido construida por la empresa japonesa Niterra que debía ser probada en condiciones extremas a bordo del aterrizador.
Hakuto-R debía desplegar dos robots en la superficie lunar. Sora-Q, un robot desarrollado por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón, y Rashid, un rover de 10 kg que sería operado por la agencia espacial de los Emiratos Árabes Unidos. Este último debía realizar una variedad de observaciones durante el día lunar (14 días terrestres). Sus cámaras y otra herramienta debían caracterizar el ambiente de superficie eléctricamente cargado de la Luna.
Además, su trabajo iba a ser potenciado por un programa de aprendizaje automático desarrollado por la empresa canadiense Mission Control Space Services. Esta parte de la misión M1 también era histórica. Ninguna IA había viajado más allá de la órbita terrestre antes.

Las futuras misiones lunares
El fracaso de la misión M1 será solo un contratiempo en el camino para iSpace. La compañía tiene como objetivo lanzar la segunda y tercera misión de alunizaje en 2024 y 2025, respectivamente. La empresa seguirá mejorando sus servicios de transporte Tierra-Luna. “Nuestra visión es establecer un ecosistema económicamente viable y sostenible en el espacio cislunar”, dijo Hakamada a Space.com justo antes del despegue de M1.
La misión de 2025, conocida como M3, forma parte del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS) de la NASA. CLPS utiliza aterrizadores construidos por empresas privadas para llevar equipos científicos de la agencia a la superficie lunar, con el objetivo más amplio de apoyar el programa Artemis de la NASA de exploración lunar tripulada.
En los próximos años, se esperan numerosas otras misiones CLPS. Las próximas misiones incluyen dos aterrizadores privados estadounidenses que volarán este verano: el Peregrine de Astrobotic, con el debut del cohete Vulcan Centaur de United Launch Alliance, y el Nova-C de Intuitive Machines en un Falcon 9. Hakuto-R falla en el aterrizaje en la Luna, pero no será un evento único. Por el contrario, fue uno de los primeros pasos de una ola de exploraciones privadas que ayudarán a la humanidad a crear una verdadera base lunar.