Por primera vez, se ha detectado un vórtice bajo las nubes de Urano, proporcionando una fuerte evidencia de la existencia de un ciclón anclado en el Polo Norte del planeta. Los resultados recientes nos dicen que Urano no es tan inerte atmosféricamente como parecía inicialmente. Lejos quedan las consideraciones hechas cuando la nave espacial Voyager 2 de la NASA sobrevoló el ‘gigante de hielo’ en enero de 1986.
El descubrimiento de un vórtice en el polo norte de Urano se realizó mediante la detección de emisiones térmicas en forma de ondas de radio captadas utilizando el Very Large Array (VLA) de radiotelescopios en Nuevo México.
Vórtices polares en el Sistema Solar
Los vórtices polares parecen ser una característica común de todos los planetas con atmósfera, al menos en nuestro Sistema Solar. Se han observado anteriormente en Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano (en su polo sur) y Neptuno. Se cree que las corrientes de chorro atmosférico en altitudes elevadas son responsables de la formación de estos vórtices, aunque los detalles difieren en cada planeta.
Cuando la Voyager 2 sobrevoló Urano, detectó velocidades del viento de aproximadamente 900 km/h en el polo sur del planeta. Sin embargo, la sonda no tuvo una visión del polo norte del planeta. Además de esta falta de datos, hasta hace poco tiempo era imposible observarlo desde la Tierra. Esto se debe a que Urano orbita alrededor del Sol inclinado de lado con un ángulo de 97,8° con respecto al plano orbital. En otras palabras, durante mucho tiempo solo pudimos ver la región ecuatorial del planeta desde nuestra perspectiva.
Sin embargo, desde 2015, Urano ha girado lo suficiente como para permitirnos comenzar a tener una visión más clara de su polo norte. En 2018 y 2022, el Telescopio Espacial Hubble observó una capa brillante sobre el polo norte de Urano, la primera evidencia de un ciclón polar.
Observaciones del VLA
Ahora, las observaciones de Urano realizadas por el VLA en 2015, 2021 y 2022 han medido la circulación atmosférica y los cambios de temperatura en esta capa polar. El VLA detectó un “collar oscuro” que rodea al planeta a 80° de latitud. Dentro de esta banda, se detectó un punto brillante, que indica una temperatura varios grados más cálida en el centro del vórtice. Un punto central con estas características es típico de un ciclón.
“Estas observaciones nos dicen mucho más sobre la historia de Urano”, dijo (rif.) Alex Atkins del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, quien dirigió las observaciones en un comunicado. “Es un mundo mucho más dinámico de lo que uno podría pensar”. A diferencia de los ciclones terrestres, el vórtice polar de Urano no está compuesto por vapor de agua, sino por metano, amoníaco e hidrógeno sulfuroso. Además, la tormenta permanece firmemente anclada al polo. Actualmente se sabe muy poco más al respecto.
En la reciente Planetary Science and Astrobiology Decadal Survey publicada por las Academias Nacionales de Estados Unidos, Urano es una prioridad para una nueva misión espacial. Para apoyar este objetivo, los científicos planetarios están redoblando sus esfuerzos para estudiar Urano y ayudar a informar las metas científicas de cualquier misión futura.